Bolivia

Bolivia nacio a la vida independiente el 6 de agosto de 1825 como primer presidente el Libertador Simón Bolivar

Escudo Nacional

El escudo de armas de Bolivia (oficialmente: Escudo Nacional) es el símbolo nacional heráldico oficial de Bolivia

Bandera Nacional

La bandera de Bolivia es el principal símbolo nacional. Fue adoptada el 31 de octubre de 1851 durante el gobierno de Manuel Isidoro Belzu. El día de la bandera es celebrado el 17 de agosto.

Sucre - Capital de Bolivia

Hace 186 años un puñado de hombres, representantes de las regiones en las que regía la disuelta Audiencia de Charcas, se reunieron para firmar el Acta de Independencia que daba lugar al nacimiento de la República de Bolívar

Juramento a la Bandera

Juráis por Dios, la Patria y la sagrada memoria de los Heroes de la Nación, defender vuestra bandera, sin omitir el sacrificio de la vida....

Batalla de Chacaltaya

Batalla de Chacaltaya
25 de octubre de 1809

Las campañas de la independencia iniciaron en las alturas de Chacaltaya propiedad de la ciudad de La Paz encabezada por Pedro Domingo Murillo y demas protomartires de la independencia americana.

Al tener conocimientos de los sucesos ocurridos en La Paz el 16 de Julio de 1809 el virrey Haso disopuso que el Brigadier José Manuel Goyeneche tomase el caso para expulsar ese movimiento al mismo tiempo que el Coronel Ramirez de Orosco se pusiera a ordenes de Goyeneche para que envie municiones con más un batallón del regimiento real de Lima ordenando además que las tropas del Cuzco, Arequipa y Puno se concentraran en el último punto para formar un cuerpo de ejercito.

Goyeneche destaco de inmediato una columna compuesta por 100 infantes y dos de artilleria a lomo, a ordenes del Cnl. Pierola para que se apoderase del puente del desaguadero.

El 13 de octubre de 1809 Goyenche cruzo dicho puente con todos sus ejercitos compuesto de 5000 hombres, encomendada la vanguardia al Cnl. Ramíres de Orozco.

Mientras tanto los patriotas de la ciudad de La Paz habian organizado su ejercito poniendolo a ordenes
 de Don Antonio Castro:

- Batallón Veteranos .......... 720 hombres armados con fusiles
- Escuadrón Ustariz ........... 100 hombres armados con lanzas
                                2 baterias con 180 hombres compuesta por nueve cañones, dos morteros y 100 cañones pequeños

Esas tropas que no suman mas de 980 combatientes estaban completamente nuevos, no tenian fusiles,  les faltaba llaves de cañones , algunos eran imatines y los demas estaban desmontados

El 24 de octubre Goyeneche intimo rendición al comandante Castro, quien respondio que no se rendiria y que estaba a batirse en esta virtud  de pronto el siguiente dia el ejercito realista negó su infante cubierta por linea de tiradores y empleo sus cañones frente a las posiciones patriotas  mientras  su caballeria  efectuaba un movimiento franqueante

Los patriotas abrian fuego de artilleria y combatian bizarramente, en esto el Cnl Ramírez inicio un ataque sobre el flanco derecho mientras hacia lo propio el Cnl. Pierola por la izquierda de suerte que revueltas las tropas patriotas cayeron prisioneras la mayoria de ellas.

Enseñanzas y Experiencias

Esta acción de armas nos enseña que un pueblo o un ejercito a pesar de estar sostenido por las fuerzas morales superiores como las de la independencia y libertad no podían triunfar nunca al frente de tropas veteranas ante el oficio de las armas y ante las acertadas dispociciones de un coronel aun favorecida por el terreno como en el caso de la batalla de Chacaltaya.

Por otra parte solo hasta el yugo debió impulsar a los patriotas mal armados y sin disciplina, inferior en número y sin jefes educadores en el arte de la guerra para hacer frente a todo un ejercito cuatro veces superior en número y armas  la tactica prescribe que cuando un ejercito no esta en condiciones de instalar batalla , debe evitarla hasta tener una superioridad por lo menos igual a la del enemigo y en esta acción de armas los patriotas salieron al encuentro del adversario a inmolar sus vidas.

La masacre de Ayo Ayo


Don José Ipiña, sobrino del soldado Martín Ipiña caído en Ayo Ayo, escribe en su texto titulado “Crónica de una masacre”, de acuerdo a los informes recibidos de los soldados del escuadrón “Junín”, que estaban de paso en su retirada de Viacha a Oruro, quienes vieron los cadáveres de sus camaradas en posiciones macabras. Además de escuchar a los vecinos de ese lugar, que, todavía en sus rostros estaba pintado el terror, contaron todo lo acontecido. En base a estos informes, José Ipiña escribe su texto para conocimiento de todos los bolivianos. Particularmente de los chuquisaqueños.

Mientras tanto en Ayo Ayo, en una aparente tranquilidad, se notaba que algo terrible fuera a ocurrir, se dice que un manto plomizo cubría el cielo, se escuchaba el ulular de los chiflones del viento, haciendo mover los pajonales del altiplano.

El Templo de Ayo Ayo, servía de asilo y hospital a los heridos, donde los curas franciscanos, trataban de mitigar el dolor de los heridos, lavándoles con trapos empapados de agua, afuera, los vecinos se preparan asegurando sus puertas, para no ser agredidos.

Don Camilo Blacut, chuquisaqueño, pero vecino de esa localidad, decide protegerse en el Templo, junto a sus dos pequeños hijos, mientras en las cercanías del lugar, expectantes, agazapadas, las hordas de Zárate Willca, esperan la orden de ataque.

De pronto, rompiendo el silencio pesado, se escucha gritos salvajes, confundidos con el sonido de miles de pututus, los brutos saltan de sus posiciones, rostros cobrizos atizados por el sol, cubiertos con “wayrurus” y sombreros rústicos, invaden las calles de Ayo Ayo, atacan las casas, arrojando antorchas a los tejados de paja, los vecinos, aterrados les abren las puertas para ofrecerles alcohol, con la creencia de no ser dañados.

La indiada, ingresa a las casas atropellando, se apodera de las botellas, para luego beber como si fuera agua, se embriagan más de lo que estaban, en ese estado, se acercan al Templo Sagrado, gritos y saltos demoniacos se nota en estas hordas, al estilo de los “Hunos” de Atila, comienzan a destrozar la puerta, adentro, el padre Jesuita Juan F.de Córdova, capellán de la tropa, reza el “Padre Nuestro”, los soldados ven azorados a la indiada beligerante. Una vez abiertas las puertas del Templo, se abalanzan sobre don Camilo y sus dos hijos, son arrastrados al centro de la plaza, allí, sobre una roca, lo tienden como para hacer un sacrificio humano, le arrancan la lengua, le vacían los ojos, le cae golpes de “makanas”, don Camilo, muere horrendamente en medio de un charco de sangre, y ante los gritos desesperados de sus pequeños.

No satisfechos con este horrendo acto, se dirigen al Templo en busca de más víctimas, el padre Fernández de Córdova, sale al atrio portando en las manos un crucifico, lleno de terror y mostrándoles la cruz, exclama: “Háganlo por él, no nos maten, todos somos hermanos”. ¡Dios los castigará!. Todo fue en vano.

El padre Fernández de Córdova, es levantado, luego conducido al centro de la plaza, con golpes de hacha le cercenan los pies, con un tajo de cuchillo le abren su pecho, para arrancarle el corazón, que palpitante aun, desaparece entre los dientes de un caníbal del altiplano.

Los curas franciscanos, son apresados mientras rezaban en el altar, los malditos se abalanzan sobre ellos, y de inmediato les cae golpes de hachas.

Finalmente son degollados, sus cabezas, son arrojadas de un lado a otro, haciendo un juego macabro, con gritos salvajes de los beodos.

El Coronel José de Ávila, se esconde en el sepulcro destinado a la imagen de Cristo, los malditos no respetan el lugar, le sacan, de inmediato recibe puñaladas, dándose fin a su vida, en medio de la algarabía, de estos “Atilas” del altiplano.

Melitón Sanjinez, herido en una pierna, recibe en pleno rostro el impacto de la punta de una picota, crujen sus huesos de su cara, muere instantáneamente, el pico, quedó clavado en su rostro.

Félix Morales esta siendo mutilado, desaparecen sus pies y manos, luego lo rematan degollándolo.

Víctor Betancour, Ismael Roncal, Eladio Fiengo y Eulogio Selvas, son colgados desnudos boca a bajo en las vigas, con cortes de cuchillo son vaciados sus intestinos, quedan como animales faenados.

A Ricardo Alba, Belisario Lora, Miguel Gonzáles, Jorge Campero, y Mariano Matienzo, ya muertos, con los brazos colgantes, están siendo arrastrados, atados sus pies con cables de telégrafo a los caballos, para luego ser arrojados a las hogueras.

A Calixto Risco, lo están degollando, luego su cabeza es mostrada, por un janigua embrutecido.

Abel Benavides, trata de huir, un certero hachazo en la nuca lo deja en seco. A Pastor Castro, Zacarías Urizar, Claudio Sucre y Adrián Pacheco, “les están arrancado sus lenguas”, los borbotones de sangre no los deja respirar, con picos y hachas dan fin a sus vidas, para luego ser clavados en los muros.

Dos muchachos esperan su turno con terror, bien abrazados en un rincón, a Andrés Loza, en poco tiempo lo rematan a machetazos. Su hermanito Belisario, de 12 años, que se quedó a cuidarlo… ¿y de ese niño?…en breves minutos, ¡sólo quedan sus huesos!... ¿Y la carne?...¡¡Horror!!.

¡¡Lugentes Campi!! ¡¡Campos de dolor!!
La iglesia con las puertas abiertas de par en par, se inunda con la sangre de estos infortunados. El altar se convirtió en piedra de suplicio, ya muertos los victimados, siguen recibiendo golpes, que se sienten sordamente en el ambiente
Todo ha terminado; ahora, solo se siente el hedor de los alientos, el hacinamiento de la indiada, los caníbales del altiplano, brindan con alcohol su macabra tarea, se escucha sonidos guturales, de sus belfos babosos.

Los lobos humanos abandonan el templo, el silencio invade el lugar, sólo se escucha el gemido del viento, como si fuera un llanto aterrador, las vigas de madera, crujen con el peso de los cuerpos colgados, que se balancean en un vaivén, lento y macabro.

Brazos, piernas, cabezas, cuerpos descuartizados, revolcados en charcos de sangre, esparcidos por todo el atrio, que hace días, servía para elevar una oración, ahora, se convirtió en un matadero baldío, lúgubre, tétrico y espeluznante, un escenario dantesco, sembrado de cadáveres mutilados, junto a imágenes religiosas, manchadas de sangre, mudos testigos del dolor y el horror, de esta orgía de muerte:

Así, se inmoló las vidas de estos chuquisaqueños, en su mayoría “Universitarios de Charcas” que conformaron el Escuadrón Sucre, cuando a fines de diciembre de 1898, en emocionante despedida, partieron desde la Plaza 25 Mayo, rumbo al frente de batalla, para defender a Sucre "Capital Plena de Bolivia".

108 años después, las voces de estos “Universitarios de Charcas”, se levantan y resuena en las calles de Sucre


¡¡Chucutas!! ¡¡No estamos muertos!! ¡¡Venimos de Ayo Ayo!!


Mariano Baptista - Lugentes Campi (campo del dolor)

La masacre de Curuyuqui

Antecedentes

En la historia del pueblo chiriguano, no se puede olvidar a los caciques Mandeponai y a su padre Turuncuti. Este último que fue un enemigo acérrimo de las misiones y de quienes se avinieran con los religiosos, con los años fue persuadido por los franciscanos para cooperar con ellos, lo que generó una feroz oposición de los pobladores de Guacara y Cuevo, al parecer porque la misión les impedía tener comercio con los machareteños. El 25 de mayo de 1868, Turuncuti es cruelmente asesinado por indios cueveños. Luego de intentos infructuosos por vengar a su padre, Mandeponai continuó apoyando el trabajo de los religiosos, poniendo varias condiciones para que se respete a su pueblo. Ejerció una hábil intermediación entre la comunidad misionera y el resto de la sociedad republicana, llevando la prosperidad a Macharetí, pero en octubre de 1874, esta localidad y otros puntos del Chaco son violentamente atacados por una confederación indígena a la cabeza de un nuevo chamán de nombre Güirariyu, cuyo propósito era reconquistar sus tierras y recuperar la independencia ava. Mandeponai falleció a edad avanzada (entre 1920 y 1928). "Cualquiera que hubiese sido la fecha, lo cierto es que su figura lo destaca como a uno de los grandes conductores de su pueblo. Supo combinar lo posible con lo deseable, separar la realidad del mundo de la irrealidad de los mitos. Marcó una ruta que sirve de orientación para quienes buscan hoy en día reencausar el destino de los ava bolivianos".

Luego, aparecería un segundo movimiento de carácter indigenista -encabezado por el chiriguano Apiaguaiqui – Tumpa de la parcialidad de Ivo-, generado por el despojo de sus tierras a cargo de terratenientes y latifundistas, apoyados por fuerzas del poder central. En diciembre de 1891 los principales jefes del pueblo chiriguano reunidos en Cuyuruqui o Kuruyuqui -situado en la prolongación del valle de Ivo o Ibo (voz guaraní: ibú, manantial), cerca de Camiri, a sólo dos leguas de Boyuibe-, se pronunciaron por la guerra contra el pueblo blanco ‘karai’.

Este alzamiento de los ‘cambas’ chiriguanos era un acontecimiento más de una larga historia de casi 300 años de enfrentamientos, que comenzó en 1564 cuando los nativos de esta región destruyeron Santo Domingo de la Nueva Rioja, fundada por Andrés Manso a orillas del río Parapetí (voz guaraní: parapiti, matanza = río matador, seguramente por los desastres que sufren las sementeras, por sus inundaciones. Los ‘cambas’ chiriguanos aún tenían en el recuerdo el escarmiento que le dieron al virrey Toledo en las postrimerías del siglo XVI cerca de Cuevo, obligándolo a replegarse con su tropa, todo maltrecho. Similar situación se presentó con Francisco Antonio de Argamosa en 1729, cuando España emprendió una nueva guerra contra el imbatible pueblo chiriguano. Cuando los caciques amigos de Apiaguaiqui insistieron para que Mandeponai se uniera a la guerra, encontraron un nuevo y duro rechazo, aduciendo que "la guerra no es buena pues ningún provecho se saca de ella" y sobre las cualidades del Tumpa guerrero, declaraba que era un impostor.

Este llamamiento a las armas traía a la memoria el genocidio realizado en diferentes momentos, primero por los europeos y luego por tropas bolivianas azuzadas por algunos hacendados lugareños. La causa inmediata de la sublevación fue el permanente estado de abuso y sobreexplotación al que se encontraban sometidos los indios chiriguanos de Ibo. Estos, para conjurar su desdicha en manos de los colonos y terratenientes cristianos, advirtiendo que era más favorable su dependencia de una acción conversora, solicitaron a los misioneros franciscanos la fundación de una misión en dicho lugar. En conclusión, reclamaban la reparación de las injusticias del pasado. "Lamentablemente, las gestiones de los padres franciscanos no alcanzaron el éxito deseado debido a la oposición cerrada de los hacendados de Ivo, quienes dirigidos por Octavio Padilla, consideraban que la organización de una misión les privaría de la fuerza de trabajo gratuita que hasta entonces utilizaban.". La noticia de la sorprendente aparición del Tumpa recorrió las tierras cordillereñas. Con mucho sigilo "iniciose así la preparación febril para la guerra. Indios de Caipependi, Itatiqué, Pipi, Ururigua, Tacuarandi, Oquitas, Parapeto, Yute, Choreti, Macharetí y otros lugares semejantes se entregaron de lleno a la fabricación de rústicas ballestas".

Se unieron más de cinco mil querembas (guerreros) alrededor del ‘Tumpa’ Apiaguaqui, o Chapiaguasu, como lo llama Francisco Pifarré, porque fue para su gente algo así como una expresión del hombre transformado en Dios. De acuerdo al ‘Diccionario Histórico de Bolivia’ de Lorenzo Calzavarini, se dice que Apiaguaiqui Tumpa nació en Huacaya, departamento de Santa Cruz, el año 1863. Su nombre habría sido Chapia Guasu (mozalbete grande), cambiado a Hapia Oeki (eunuco de Dios, calidad de castidad que connotaría su estatus divino), al ser proclamado Tumpa. Este líder indígena asistió en 1877 a la masacre de Murucuyati, donde murió su madre. Aprendió las artes shamánicas, asumiendo después "las características de los ‘hombres dioses’ tradicionales.", que hablaba de sus poderes mágicos y su invulnerabilidad frente a las balas enemigas. Según Alfred Metraux (1942), antropólogo suizo estudioso del ‘tumpaísmo’, el nuevo Mesías chiriguano no era la encarnación de dios en hombre, sino la transformación del hombre en dios.

2. Masacre de Curuyuqui (28 de enero de 1892)
Un incidente ocurrido el primero de enero de 1892 habría sido el detonante de la guerra. Esa noche el corregidor de Cuevo, ebrio, viola y mata a una mujer chiriguana, pariente de un cacique o Mburuvicha local. Durante todo el mes de enero la cordillera se enciende y se producen ataques esporádicos a puestos ganaderos. Comenzaron las hostilidades. Ibo fue aislado de inmediato, el pueblo de Ñumbite fue incendiado; igual suerte corrió Cangapemí, situado ‘a dos leguas al poniente de Cuevo’. El primer enfrentamiento serio entre nacionales y chiriguanos se produjo en la quebrada de Mandiyuti. El 10 de enero se dirigía hacia Santa Rosa, -convertido en el fuerte contra la sublevación chiriguana-, el primer auxilio a cargo del subprefecto de Azero, don Tomás Frías, siendo obligado a tocar y hacer fuego en retirada. No satisfecho con esta victoria, en el amanecer dominical del 21 de enero, el Tumpa a la cabeza de 1.000 indígenas a píe y 300 a caballo, inician la ofensiva contra la misión de Santa Rosa de Cuevo, no consiguiendo tomarla. Poco después "Camiri cayó en poder de los insurrectos, siendo pasado a degüello varias personas cristianas. (Mientras tanto) La ciudad de Charagua estremecíase de ansiedad", saliendo luego jinetes rumbo a Santa Cruz, pidiendo apoyo y reclamando armas para defenderse.

La reacción del gobierno central no se hizo esperar. El 27 de enero (1892) llegó desde Lagunillas el general Ramón González, apodado Pachacha (dos veces hombre en aimara), entonces prefecto de Santa Cruz. Nacido este militar en Sucre, tenía 61 años, tuvo destacada actuación en las batallas de San Francisco y Alto de la Alianza, durante la guerra del Pacífico. Por instrucciones del gobierno de Aniceto Arce "organizó una fuerza expedicionaria de mil seiscientos noventa hombres, mil quinientos indios aliados, cien rifleros y cuarenta nacionales con escopetas". A las seis de la mañana del 28 de enero de 1892, se posesionaron frente a la serranía de Agauragüe, en Curuyuqui (voz guaraní: cururú, sapo; yuqui, sal = salitral de sapos), en una prolongación del valle de Ivo. En este lugar se dio una horrenda batalla, siendo derrotadas las fuerzas de los cambas chiriguanos. "El combate se prolongó desde las seis de la mañana hasta las dos de la tarde; las fuerzas del gobierno tuvo nueve muertos y treinta heridos, los chiriguanos seiscientos, no se precisaron cuantos heridos". "El teniente coronel Tomás Frías, en una carta dirigida al Prefecto del Departamento de Chuquisaca, calculaba que los muertos chiriguanos alcanzaban la cifra de novecientos a mil, entre hombres, mujeres y niños".

De inmediato se inició la persecución de Apiaguaiqui. Durante la misma, tanto las tropas militares como los propios terratenientes iban asesinando a los miembros de este pueblo, confiscando ganado y alimentos también. Cuentan que el que dirigió esta masacre fue el coronel Melchor Chavarría, el ‘llulla’ (mentiroso en quechua), delegado del gobierno central en Sucre "cuyas instrucciones eran limpiar la zona de todo vestigio de rebeldía indígena". De acuerdo a los poderes extraordinarios que el gobierno boliviano le había otorgado, esta autoridad posteriormente adjudicó tierras al Colegio Franciscano Misionero de Potosí, para que fundara una misión conversora en Ibo.

Dicen que el Tumpa cayó preso en Monteagudo, gracias a un ardid traicionero del capitán Guagerai o Guatinguay, el tubicha de Caruruti, como lo llama Hernando Sanabria. Informado Chavarría de la captura de ‘Apiaguaiqui Tumpa’ en el llamado cerro Agaragüe (voz guaraní: aguara, zorro; güei, que fue = zorro de antaño), es trasladado al pueblo de Sauces, hoy Monteagudo del departamento Chuquisaca, quien después de ser sometido a consejo de guerra y seguramente a torturas, fue fusilado en la plaza de Monteagudo a las cinco de la tarde del 29 de marzo de 1892. Anteriormente ya habían sido ejecutados sus otros dos capitanes, Güaracota y Ayemoti. Cuentan que el líder de la rebelión tenía 29 años. El Delegado gubernamental Chavaría en su informe escribía: "Apiaguaqui murió con la altivez de un gran caudillo. En cumplimiento de lo dispuesto en la ‘orden general’, el cadáver permaneció expuesto en el patíbulo hasta el día siguiente". Era el doloroso epílogo del que hoy se conoce como Apiaguaiqui o Apiaiqui o Hapia oeki Tumpa. A eso agrega Suárez Medina: "Así terminó este episodio de la vida chiriguana, y las ansias de libertad del valeroso pueblo camba" o ‘nación indomable’ como los llamara el historiador y militar Enrique Vidaurre Retamozos.

La derrota de la sublevación hizo que "miles de hombres, mujeres y niños, como en los peores tiempos de la esclavitud, fueron repartidas entre las haciendas, en las misiones, y en el peor de los casos, padecieron el escarnio de ser transportados hasta la ciudad de Sucre, donde fueron generosamente obsequiados para cumplir faenas domésticas".

En tres ataques parciales (Coronel Frías), muertos…………………......110
Heridos se calculan otro tanto, de éstos los más muertos…………….....100
En combates de Kuruyki (muertos)………………………..………….... 700
Heridos se calculan en 800, los más muertos……………….…………..800
En 17 ataques  de las fuerzas expedicionarias  al mando del Delegado...200
Heridos se calculan en igual número, los más muertos………………….200
Fusilados en diferentes ocasiones……………………………………......12
Las cifras del Delegado gubernamental no se entienden. Más allá de los números quedó la tragedia de un pueblo.   

3. Secularización de las misiones.
El reglamento de misiones de 1905 era inicio y conclusión de ideas anticlericales. Los del partido liberal, que soñaban con requisitos y destinos de libertad, no aplicaron el mismo principio a las realidades eclesiales y de los pueblos originarios. Las consecuencias de la decisión gubernamental fueron la destrucción de la unidad regional chaqueña: 

  •  Los indígenas perdieron sus tierras,
  •  la autoridad de los caciques fue reducida al espacio de comunidades dispersas entre quebradas, el debilitamiento demográfico,
  •  y para resolver el problema del control del territorio, se invitaron empresas extranjeras (que poco hicieron) y se dieron inmensas concesiones de tierras.

El resultado fue un Chaco debilitado en su nivel cultural y político (amarrado a realidades lejanas). El ganado rellenó los vacíos provocando con el tiempo más despojos. Los pueblos originarios del Pilcomayo (tobas, tapietes y noctenes) tuvieron que dejar sus tierras y retirarse en rincones “desérticos” en el norte de Argentina. 

4. Conclusiones

En general, varios de estos acontecimientos -como el federalismo igualitario de Ibáñez o la revolución federal de los Domingos el 2 de enero de 1891 en Santa Cruz-, se pueden considerar como divergentes al centralismo gubernamental. Otra reflexión la expresa la historiadora Paula Peña cuando dice: "A lo largo del siglo XIX, en lo político, la región apostó por el federalismo. A su vez, fue también el inicio de un anhelo cruceño que se mantiene vigente hasta nuestros días: la autonomía". En fin, "la masacre de Kuruyuqui es la vergüenza histórica más grande para las élites dirigentes de Bolivia". Fue "la última resistencia guerrera de los chiriguanos, en la que fueron asesinados 6.100 chiriguanos en una horrenda cacería humana ejecutada con las armas del ejército boliviano…". Para Thierry Saignes fue la "última carrera hacia la muerte, un verdadero suicidio preferible antes que un destino de esclavitud y dominación".

"Santa Cruz condenó la forma brutal y sanguinaria con que fuera aplastado el gran alzamiento chiriguano. Se había hecho un derroche de furor y salvajismo, muy propio de los hombres de caverna. La prensa cruceña, bajo el señorío intelectual del doctor Aurelio Jiménez, lapidó al general Gonzáles con el título de ‘Mata cambas de Curuyuqui’. La nación chiriguana no fue entonces vencida ni humillada. "Simplemente se la castigó de un modo asaz bárbaro y torpe. Ella continua segura de su innata altivez, fuerte el músculo y la mirada en alto. Nadie puede quitarle el honor de un pasado glorioso, de más de tres siglos, en que jamás fue arriada la bandera de la libertad. Día llegará en que se habrá confundido, como una gota en otra de agua, con los cristianos que tanto combatieron".

A 120 años de esta masacre que avergüenza a la historia de Bolivia, honor y gloria a los mártires del pueblo ‘camba’ chiriguano, que cayeron por la libertad y la dignidad de su gente indómita y rebelde. Ore Jae Iyambae: Nosotros Somos Sin Dueño.

Fuente: Centro Eclesial de Documentación 
Fuente: Carlos Dabdoub Arrien

La Batalla de Tarvita

BATALLA DE TARVITA
(4 de Marzo de 1814)

El comandante español Benito Lopez que guarnecia el pueblo La Laguna con 50 vetereanos, supo que en las inmediaciones de Tarvita merodeaban en sus montoneras el guerrillero Padilla y se resolvio sorprenderlo y batirlo.

Parra ello se puso en marcha el dia 4 de marzo de 1814, pero el cuadillo patriota al tener conocimiento del avance de los españoles resolvio adelantarse a la sorpresa y salio a su encuentro habiendo tenido lugar el choque en las inmediaciones del poblado de Tarvita, la luchafue tenaz y sangrienta, dura más de dos horas hasta que el jefe español arrollado por los insurrectosque lo envolvieron por los flancos tuvo que emprender una rapida retirada a la población donde ocupola casa jural notificandola inmediatamente, formando sólidas aspilleras en las ventanas de un espacio granero.

A poco llego Padilla con sus huestes siendo recibido con fuego nutrido de parte de los españoles trato de incendiar el granero lo que no pudo realizar entonces concibio una audaz idea que la puso en practica con magnificos resultados, cogio una escalera y colocandola en un sitio adecuado, subio al  lecho practico un agujero en la cumbre e introdujo por el un cesto de ají ardiendo, sujetandolo con  lazos mojados, de manera que quedo en el cesto pendiente como una lámapara.

El Humo producido por el ají que es irrespirable, obligo a los españoles a salir del granero casi asfixiados y segados, cayendo todos ellos prisioneros de Padilla.

Pocos días despues las avanzadas de Padilla tomaron una comunicación  que desde Chuquisaca dirigía el subdelegado al Cmte. Lopez anunciandole su marcha con 110 hombres y previniendole que no diera  combate en tanto que no se reuniera con él.

Al momento Padilla cuya fuerza se armo con los fusiles y municiones de los prisioneros, se alisto para el combate y salió al encuentro de los enemigos el día 19  avistandolos a una legua del pueblo.

Fundación de la ciudad de El Alto

Antecedente histórico de la ciudad de El Alto

Las Migraciones en 1932 Post guerra de Chaco, en 1952 Revolución de Abril del 52 y en 1985 las Relocalizaciones mineros. Son las fechas de la historia boliviana que originaron las migraciones a lo que ahora es la ciudad de El Alto.

La creación de El Alto como ciudad tiene como antecedente diversas organizaciones vecinales. El 26 de marzo de 1945 se formaron las primeras juntas de vecinos en la actual zona Sur de El Alto. Se establecieron los barrios Villa Bolívar y la Ceja. Meses más tarde se fundó la junta de vecinos de Villa Dolores, cuyo primer presidente es Hilarión Camacho.

En 1947, el ciudadano Manuel Chávez organizó la junta vecinal de Alto Lima, en la parte norte de la meseta. Poco después se fundaron la de Villa Ballivián y la de 16 de Julio. En 1957 surgió el Consejo Central de Vecinos de El Alto, la que impulsó la construcción del mercado Santos Mamani y de las escuelas Iturralde y Ballivián, además de la creación de la cuarta sección municipal de la provincia Murillo, con El Alto como capital.

El 23 de abril de 1970, el alcalde de La Paz de ese entonces, Hugo Suárez Guzmán, aprobó la Ordenanza Municipal 116/70, mediante la que se crea la Subalcaldía de El Alto de La Paz. El 3 de mayo de ese año, Jaime Machicado Méndez fue designado primer subalcalde.

El 6 de marzo de 1985, el Congreso Nacional sancionó la Ley 728, que dice: “Créase la cuarta sección municipal de la provincia Murillo con su capital El Alto de La Paz, del departamento de La Paz...”. La Ley 1014, del 26 de septiembre de 1988, eleva a rango de ciudad a la capital de la cuarta sección municipal de la provincia Murillo del departamento de La Paz, a partir de ese momento es la ciudad de El Alto.

Fuente: eabolivia