El General Alberto Paz Soldán es el último piloto sobreviviente de la Guerra del Chaco, el único de su batallón que ascendió al máximo grado militar y que participó en grandes acciones en la guerra contra el Paraguay: Strongest, El Carmen, Villamontes, Campo Vía, Ballivián y Boquerón. Nunca fue herido ni hecho prisionero, y haciendo un balance general de su vida, puede afirmarse que jamás fue derrotado. Ni el paso de los años puede con él: acaba de cumplir 101 años, saludable, lúcido y orgulloso.
“He llevado una vida pura y sacrificada, de respeto a la Patria y de honradez. En la guerra me he preocupado mucho para que mis subalternos no caigan prisioneros por irresponsabilidad o falta de habilidad mía. Nunca he permitido que mueran ni caigan prisioneros por mi culpa porque tenía la capacidad suficiente de protegerlos”, sostiene orgulloso.
“Me hice aviador porque Dios quiso y porque me gustaba el peligro. Me sentía feliz volando solo sobre ese océano aéreo que era el Chaco”. Para él, la milicia es un apostolado,
“es entregar tu vida al Estado y si mueres, mueres. Además tienes que ir a la guerra con la voluntad de combatir y de morir, sin miedo”.
“Tenía 20 años cuando egresé de la Academia Militar y me fui a combatir a la Guerra del Chaco por tres años”, dice con voz fuerte y clara, aunque con algunas pausas.
Alberto Paz Soldán, padre de tres hijos, nació el 4 de septiembre de 1911 en Cochabamba. A los 15 años entró al Colegio Militar y allí empezó una carrera que lo llevó al frente del exclusivo escuadrón de pilotos de la Guerra del Chaco. Vivió sin miedo siempre. Y así hizo la guerra. Al terminar el conflicto, trabajó varios años como piloto en el Lloyd Aéreo Boliviano, fue Jefe de Estado Mayor de la Aviación e Inspector General de la Fuerza Aérea Boliviana.
“Soy el único sobreviviente, un piloto auténtico, he volado 50 tipos de aviones, hablo quechua, aymara, italiano e inglés”, cuenta el piloto que estudió en Italia, Alemania y EEUU, como parte de una formación especial para pilotos de combate.
Egresó como subteniente del Colegio Militar en enero de 1932 y ese mismo año fue movilizado al Chaco.
En 1933, se incorporó como observador aéreo a la aviación y se graduó como piloto aviador actuando en Gondra, Picuiba, Ballivián, Cañada Strongest, entre otros
A los 22 años, Paz Soldán fue designado para sobrevolar toda la franja petrolera de Santa Cruz, Choreti, Camiri, Cuevo, Villamontes y Yacuiba. Durante cuatro años cubrió los 320.000 kilómetros cuadrados de riqueza codiciada. Los pilotos volaban día y noche sobre el llamado infierno verde, donde combatían los dos ejércitos para distintas maniobras como informes, fotografía aérea, croquizado aéreo, bombardeo, transporte, enlaces, etc.
Después de la guerra, se graduó Piloto de Alta Acrobacia y como oficial de Estado Mayor Aéreo en la Escuela Superior de Guerra en Italia. Se graduó de la Universidad Aérea de Montgomery de EEUU. Egresó y comandó la Escuela de Altos Estudios Nacionales.
En 1950 fue jefe de Estado Mayor de la FAB y culminó su carrera como general de División Aérea. En enero de 1967 pasó a servicio pasivo
“Los aviones son los ojos del comando, el servicio que se llama inteligencia aérea. Cada día volábamos programados de uno a dos aviones. En el Altiplano esa exploración se hacía con caballos, pero cuando los llevaron al Chaco no sirvieron, así que entraron los aviones a reemplazar a la caballería”, explica el soldado.
“Yo atacaba a los aviones enemigos por la cola, me colocaba atrás, un poco alto, y los bombardeaba, unas veces los batía, otras escapaban, a mí casi me matan una vez porque me perforaron las alas y el fuselaje. Cuando llegué a la base, tenía 16 impactos de bala. En los combates aéreos hay que tener valor, hay que tener conocimiento táctico, hay que ser un profesional, el sol tenía que darme en la espalda y yo atacar por la cola y disparar, si bajas o te bajan, esa es la suerte.”.
El militar, el aviador
“Un general tiene que ser astuto, zorro, trabajar incansablemente. Unas veces debe ser honrado y otras ladrón. Sanguinario o una palomita, cauteloso y tímido. Eso depende de las condiciones del combate”, señala el héroe.
“Si me preguntas qué hicieron los aviadores en la Guerra del Chaco, te digo que primero interdicción, luego apoyo estrecho a la infantería y después defensa de los campos de petróleo”, explica.
“Yo fui a defender el petróleo de Camiri”, rememora. Participó en varias incursiones tripulando un avión Curtis “Hawk”, la más memorable fue cuando puso fuera de combate a un avión paraguayo, según la FAB.
Dice que conoció a Hitler y a Benito Mussolini en Alemania, donde fue a volar y comprar aviones.
“He volado todo el hemisferio occidental desde Canadá hasta La Paz”, para esa época era toda una hazaña, dice.
La Guerra del Chaco que enfrentó a Bolivia y Paraguay
El conflicto estalló durante el Gobierno de Daniel Salamanca, en 1932. La Guerra del Chaco fue la más grande y más sangrienta que se libró en el Hemisferio Occidental durante el siglo XX.
Bolivia contaba con una fuerza de 200 mil hombres, mientras los paraguayos reunieron 150 mil. Los bolivianos tenían varias ventajas, aunque militarmente ambas fuerzas estaban muy bien entrenadas y equipadas.
Bolivia contó con aeronaves de reconocimiento, caza y bombardeo como el biplaza Breguet, los monoplaza Vickers y Curtiss Hawk, entre otros. Las fuerzas aéreas desempeñaron papeles importantes en todas las etapas de la guerra, inclusive apoyo aéreo cercano, reconocimiento y evacuación de bajas.
Durante tres años, ambos países se enfrentaron en un territorio seco, caluroso e inhóspito que enlutó a miles de familias. La contienda finalizó en junio de 1935 con la pérdida de más de 50.000 soldados bolivianos y 30.000 paraguayos, además de una pérdida territorial para Bolivia en favor de Paraguay.
MEMORIA DE LOS FRENTES DE BATALLA
DEFENSA AÉREA DE LOS POZOS DE CAMIRI
Gral. Alberto Paz Soldán*
“El ejército paraguayo fracasa en su ofensiva a Villamontes y maniobra por Boyuibe y la Quebrada de Cuevo para tomar la región petrolera. La aviación paraguaya desde Ibamirante, bombardea nuestra población civil de Charagua, destruyendo el hospital y resultando varios muertos y heridos. Bombardea nuestras posiciones defensivas del sector central y el norte del Parapetí, poblaciones del Bañado del Izozoe, y así gana la superioridad aérea.
En Cuevo, el Comando del Cuerpo de Ejército Central, articula la defensa de la región de los pozos de petróleo de Camiri. En su composición orgánica dispone de un escuadrón de aviones Curtiss cazabombarderos. El escuadrón aéreo organizado está conformado por siete pilotos: Mayor Luis Ernst, Tenientes Alberto Paz Soldán, Claudio López, Luis Paredes Loza, Luis Soria, José Chacón y Sinecio Moreno. El escuadrón emplea siete cazabombarderos armados con seis bombas y tres ametralladoras cada uno.
La zona aérea está dividida en bases aéreas nucleares en Villamontes, Tarija, Machareti, Cuevo, Choreti, Charagua, Cabezas, Lagunillas y Santa Cruz, además de otros campos de aterrizaje de emergencias. El escuadrón Ernst realizó sistemáticos bombardeos de saturación y hostigamiento sobre la avanzada aérea de Ibamirante. Sus aviones no despegaron, pero su artillería antiaérea hizo varios impactos que causaron averías. Salimos de su alcance con rangos de velocidad y plafond. Se neutralizó la actividad aérea de la aviación paraguaya, se mantiene la superioridad aérea. El escuadrón de cazabombarderos gravita sus acciones defensivas sobre Boyube, la garganta de la Quebrada de Cuevo y el Boquete de Yoay (sic). La defensa se apoya en las serranías de Aguaraque y Tarimacua, de sur a norte a 800 metros de altura sobre el nivel del mar, imponentes murallas infranqueables. El frente de batalla de Boyuibe a Oquitas, fue el horizonte donde la resistencia boliviana escribió una página de gloria. Al Presidente Daniel Salamanca no le fue posible salir al río Paraguay y al General Estigarribia escalar las estribaciones andinas. En el escudo geográfico de Bolivia, quedaron los pozos de petróleo de Camiri.”
*Recuerdos de un eslabón de la cadena de acciones aéreas en diferentes frentes de batalla. Del 1 de enero al 14 de Junio de 1935.
SÓLO LOS PRIVILEGIADOS
NACEN PARA SER GUERREROS
El General Alberto Paz Soldán, es uno de ellos.