Bolivia

Bolivia nacio a la vida independiente el 6 de agosto de 1825 como primer presidente el Libertador Simón Bolivar

Escudo Nacional

El escudo de armas de Bolivia (oficialmente: Escudo Nacional) es el símbolo nacional heráldico oficial de Bolivia

Bandera Nacional

La bandera de Bolivia es el principal símbolo nacional. Fue adoptada el 31 de octubre de 1851 durante el gobierno de Manuel Isidoro Belzu. El día de la bandera es celebrado el 17 de agosto.

Sucre - Capital de Bolivia

Hace 186 años un puñado de hombres, representantes de las regiones en las que regía la disuelta Audiencia de Charcas, se reunieron para firmar el Acta de Independencia que daba lugar al nacimiento de la República de Bolívar

Juramento a la Bandera

Juráis por Dios, la Patria y la sagrada memoria de los Heroes de la Nación, defender vuestra bandera, sin omitir el sacrificio de la vida....

Manuel de Castro del Castillo y Padilla

Manuel de Castro del Castillo y Padilla, o también Manuel de Castro y Padilla, nacido en Andújar, Jaén, el mes de diciembre de 1573.

Hijo del licenciado Alonso de Castro del Castillo, natural de Castrojeriz en Burgos y de doña Inés de Vera y Padilla, natural de Jerez de la Frontera. De profesión abogado, licenciado en Colegio Mayor de San Bartolomé, Salamanca, no era militar.

Fue nombrado Oidor de la Audiencia de Charcas, en la actual Bolivia, mediante cédula expedida el 10 de febrero de 1603, contando con 30 años, y siendo así el más joven en ocupar ese puesto. Ocupando el cargo de presidente de la Real Audiencia fundó la actual ciudad de Oruro, bajo el nombre de "Villa de San Felipe de Austria" en honor al rey Felipe III, el 1 de noviembre de 1606, destinada a ser un centro minero de plata en plena región de los Urus.

Consta en el acta de fundación de la Villa de San Felipe de Austria, labrada por el escribano Bartolomé Pérez de Larrea que acabada la bendición, Manuel de Castro y Padilla enarboló el estandarte en tres ocasiones diciendo en cada una de ellas: "La muy noble y leal Villa de San Felipe de Austria, por el Rey Don Felipe, Nuestro Señor y por sus sucesores en la Corona de la Castilla y León y el Perú…Que Dios guarde muchos años…"

Según una fracción de la historia narrada por Alberto Crespo Rodas, bajo el título: "Fundación de la Villa y Asiento de Minas Oruro", del libro "Oruro visto por cronistas extranjeros y autores nacionales siglos XVI al XXI; Manuel de Castro y Padilla llegó a ésta región los últimos días de julio de 1606, y "muy cautelosamente empleo tres meses en verificar lo que ya todo el mundo sabía en el Perú. Nombró veedores y personas prácticas en el conocimiento de los metales y de satisfacción y confianza", quienes visitaron minas y realizaron pruebas para comprobar la calidad de la riqueza de las vetas argentíferas y de otros minerales.

El día de la fundación fue una jornada de fiesta, las casas adornadas y en frente de la iglesia se armaron arcos y se inundó el espacio con flores. Este acto se convirtió en una fiesta; todo fue alegría y el pueblo enarboló por primera vez el estandarte carmesí en señal de júbilo y por la fundación de la nueva villa.
Al día de fundación sucedieron ocho jornadas de algarabía, los acaudalados degustando licores finos y el pueblo con vino de batalla donado por los potentados. Había música para todos los gustos, espectáculos del palo encebado, corrida de toros, serenatas, juegos de luces en las noches, presentaciones de teatro y cuanta manifestación de júbilo podían manifestar los habitantes de la villa.
Cuadro de la época de la ciudad de Oruro

La guerra del Chaco en fotos - parte 2


 Puesto de ametralladora pesada boliviana en acción
Pertrechos tomados en Carandaiti

 Soldado muerto en acción
Desfile paraguayo en la zona de operaciones
 Solados paraguayos disparando
 Generales Estigarribia y Peñaranda
 Columna incendiada
 Instrucción a morteristas
soldado muerto en acción
 Soldados paraguayos listos para marchar al frente de guerra
 Padre e hijo prisioneros paraguayos
 Transporte de prisioneros paraguayos
 Tanque boliviano destruido
 Trincheras bolivianas
Vivac

La Guerra del Chaco en fotos - parte I

La Guerra del Chaco, entre Paraguay y Bolivia, se libró desde el 9 de septiembre del año 1932 hasta el 12 de junio de 1935, por el control del Chaco Boreal. Fue la guerra más importante en Sudamérica durante el siglo XX. En los 3 años de duración, Bolivia movilizó 250 000 soldados y Paraguay 120 000, que se enfrentaron en combates en los que hubo gran cantidad de bajas (60 000 bolivianos y 30 000 paraguayos), gran cantidad de heridos, mutilados y desaparecidos.
Alto al fuego, 14 de junio de 1935

Cnl Toro, a su izquierda Cnl Garay jefe del estado Mayor

Presidente Salamanca y el General en Jefe del Ejercito Enrique Peñaranda
Celebran la terminación de la guerra

Oficiales de ambos bandos en el día de la cesación

Disparando morteros
Prisioneros bolivianos

General Quintela, Cnl. Añez, Mayor Vidal
Soldados del altiplano boliviano

Soldados paraguayos
Los generales de la comisión de neutrales

De izquierda a derecha, Gral. Estigarribia, Gral. Fuentes (Chileno) y Gral. Peñaranda

Masamaclay: Lugar donde pelearon dos hermanos

Boqueron es una isla de monte rodeada de pajonales, en la que se había abierto una plazoleta que contenía galpones de adobe (construidos por las fuerzas bolivianas de ocupación en 1928), tres o cuatro chozas de espartillo, un pozo de agua y un tajamar para abrevadero de animales, estaba elegida por el destino para servir de escenario a una de las gestas mas heroicas de la historia de Bolivia.


Amaneció el 29 de septiembre en media de la angustiosa expectativa de los combatientes. La artillería no se atrevió a actuar por la proximidad entre atacantes y atacados. El Teniente coronel Estigarribia había ordenado que sus divisiones se jugasen ese día el todo por el todo. Boquerón tendría que caer a cualquier costo.

Los primeros disparos de los fusiles paraguayos se perdieron en el hondo silencio con que respondió el frente boliviano. Un soldado cuenta que en esos momentos sintió “como si manos invisibles y gigantescas se apretaran a través del campo enmarañado y se estremeció de terror” (JD). Se levantaron algunos lienzos blancos. El capitán Antonio Salinas del regimiento Campos y el suboficial Carlos d'Avila del 14 de Infantería, salieron por la Punta Brava llevando el siguiente mensaje: "El comandante del fortín Boquerón al co­mandante de las fuerzas paraguayas en el mismo sector. Señor: el oficial portador de la presente nota, capitán Antonio Salinas, lleva la misión de entrevistarse con Ud, en representación mía.— Dios guarde a Ud.— Teniente coronel Marzana".

Estigarribia, en su puesto de mando a. 10 kilómetros de primera línea, al recibir la noticia telefónica de que se veían trapos blancos en las trincheras bolivianas, no pudo ocultar su satisfacción y exclamo “Creo que vamos a ahorrar muchas vidas paraguayas". Poco después eran conducidos a su lado, por el mayor Rafael Franco, el capitán Salinas y el suboficial d'Avila, que le hicieron entrega de su credencial y le expresaron que tenían la misión de concertar una entrevista con su jefe. "Digan a su comandante —les contesto Estigarribia— que lo espero en este mismo lugar, esta mañana, a la brevedad posible". Mientras Salinas y d'Avila regresaban, el teléfono transmitio otras novedades, Las fuerzas paraguayas habían invadido el fortin y estaban tomando prisioneros a sus defensores.
¡Que habia ocurrido? Al no recibir fuego y viendo los lienzos blancos en la Punta Brava, el teniente Paraguayo o Ma­nual Islas creyo que se trataba de una rendición y se lanzo a la carrera hacia el fortín, seguido por su compañia del Curupaity, con la intención de cosechar el lauro de tomar prisionero al teniente coronel Marzana. AI escuchar el clásico grito de triunfo paraguayo "¡Piiiipuuuu!", lanzado por estas tropas, los hombres de las demás unidades también se precipitaron hacia la misma meta desde todos los costados. Los oficiales y soldados bolivianos, que tenían orden de no combatir hasta que volviesen sus parlamentarios, se incorporaron temerosos en sus posiciones al ver esta avalancha que se les venia encirna. En pocos rninutos se vieron rodeados de sus enemigos que los observaban y hablaban con curiosidad. El teniente coronel Marzana fue hecho prisionero por los tenientes Islas y Valdovinos.

El teniente coronel José Carlos Fernández, comandante de la Primera División paraguaya, ordeno que se hiciese formar a las fuerzas bolivianas en la plazoleta del fortín. Sus oficiales obedecieron, pero extrañados de la escasez del efectivo boliviano, preguntaron una y otra vez: "Donde están los demás?" No podían creer que toda la guarnición del fortín eran esos pocos espectros encorvados y famélicos. "La entrada victoriosa de nuestras tropas en el histórico Boquerón —ha comentado el entonces mayor Antonio E. González— fue empañada por la vista de la espantosa tragedia que envolvía a los defensores: 20 oficiales y 446 soldados en el ultimo extremo de rniseria humana. , . Por todas partes armamento, equipo, cadáveres y escombros. En un galpón oscuro, cubiertos de harapos, mugre, sangre, estiércol y gusanos, se revolcaban mas de 100 moribundos sin curación, sin vendas y sin agua" añade Heriberto Florentin, otro oficial paraguayo; “Era una masa pululante de cuerpos lacerados en lúgubre promiscuidad con cadáveres putrefactos cubiertos a medias por mantas desgarradas y embadurnadas de sangre y excrementos pestíferos". Este mismo oficial, refiriéndose a otros puntos del reducto dice: "En el campo que pega contra el camino a Valencia, el sector mas castigado de la ofensiva paraguaya, yacían dispersos numerosos cadaveres insepultos, algunos de ellos, hinchados descomunalmente, terminaban por explotar estrepitosamente y por lo gene­ral en altas horas de la noche, como si quisiesen ocultar de la luz del sol el siniestro desparramo de su podrida entraña. En cambio otros. achicharrados por el calor solar; iban reduciéndose a la mínima expresión de cuerpos mornificados".

El mayor Arturo Bray, que habla exigido como comandante del regimiento Boqueron que se le entregase al tenien­te coronel Marzana, para ser el quien lo condujera a retaguardia, anuncio a las 7:40 en el puesto de mando de Estigarribia: "Presento al teniente coronel Marzana". El teniente coronel Estigarribia se puso de pie y extendió la mano a su adversario. El auditor de guerra del ejercito paraguayo, doc­tor Horacio Fernández, ha descrito el encuentro con estas palabras: "El reducido numero de oficiales presentes estaba en profundo silencio. Nadie se movía. La respiración contenida de todos, la presencia del jefe de las fuerzas bolivianas, la evocación de todo el drama sangriento. . . el final imprevisto de la carnicería humana que tantos horrores nos había hecho sentir, los disparos que aun a lo lejos se escuchaban, todo ello llenaba el ambiente de una solemnidad y una angustia infinita... El teniente coronel Marzana con traje kaki, botas de charol usadas, gorra y portapliegos, permanece de pie, mesa de por medio, frente al teniente coronel Esti­garribia. La barba crecida, la expresión agradable, un ligerisimo temblor agitaba su labio inferior, su pierna izquierda ligerarnente recogida se movía denotando la lucha gigantesca de sus nervios en tensión. Su voz era firme. . .". El dialogo fue breve. Todo estaba consumado. Marzana pidió garantías para su gente y Estigarribia le aseguro que las tenia, además de atención medica inmediata para los heridos.

El teniente coronel Marzana y sus hombres fueron conducidos a Asunción. El presidente Ayala al referirse en un discurso el triunfo paraguayo, tributo un noble homenaje a los vencidos: “Los oficiales y soldados bolivianos que se batieron en Boquerón y son nuestros prisioneros….. se comportaron con tal bravura y coraje, que merecen todo nuestro respeto”.

A su retorno del cautiverio, en 1936, el coronel Marzana al ser requerido por un diario de La Paz para hacer declaraciones, dijo simplemente. “no hicimos mas que cumplir con nuestro deber”

Cap. Victor Ustariz

Sus padres fueron don CELESTINO USTARIZ y DOÑA CATALINA ARCE. Su educación primaria la realizo en Tarata y la secundaria en Cochabamba.

Ingreso al Colegio Militar el año 1915, caracterizándose por su carácter amable, caballeroso así como enérgico en sus decisiones, durante sus estudios fue ascendido al grado de Sub Brigadier. Egreso con el grado de Subteniente el 3 de Enero del 1919, fue destinado al Regimiento “LOA” 4 de Infantería donde estuvo destinado hasta el grado de Teniente, posteriormente se incorporó al Destacamento Montado en la región del Chaco por el lapso de 10 años.

Se encamino a la vida de monte recorriendo de principio a fin, estudiando el terreno constatando el avance y progresión del ejército paraguayo trazando sendas y picadas para la defensa en esas codiciadas tierras. Así mismo a la solicitud de su persona por Orden de Destinos el 8 de marzo de 1930 “USTARIZ”, fue destinado al Regimiento “CAMPOS” 6 de infantería, al cual se incorporo de inmediato, el Capitán era explorador del bosque con 12 o 15 hombres buscando siempre nuevas rutas que vinculaban entre si los puestos  Bolivianos avanzados.

Antes de la Guerra del Chaco, Ustariz vivió largos años en esta región, fue amigo de los Caciques de tribus salvajes, conocía algunos dialectos de la zona, tenía un gran prestigio en el interior del Ejército y en los pocos pobladores de la región, realizó numerosas incursiones a territorios dominados por los Paraguayos, ingresando y saliendo a sus dispositivos sin ser descubiertos características que le mereció el sobre nombre de “CHARATA USTARIZ” ave característica de la región chaqueña, por su modo peculiar de escabullirse de sus perseguidores.

Pero Boquerón es la cuna de la inmortalidad de Ustariz, ya que cuando es tomado este Fortín Paraguayo el 31 de Julio de 1932 por tropas Bolivianas, el mismo se constituye en el centro del valor del Soldado Boliviano, la tenacidad de su defensa se traduce en la gloria y bravura de muchos héroes bajo la conducción del Tcnl. Manuel Marzana Oroza.

Ustariz no se encontraba en esta guarnición, era parte del Destacamento Peñaranda, era parte de la esperanza de los sitiados que pedían refuerzo cuando las fuerzas paraguayas mayores en número y fuerza cierran el paso del camino Yujra – Boquerón.

El Destacamento Peñaranda, emprende la marcha de refuerzo de los sitiados pero es detenida por las fuerzas Paraguayas superiores en número. El 11 de Septiembre, desde Yujra, por un camino diferente, partió el Cap. Víctor Ustariz con 58 hombres del Regimiento “Loa” como vanguardia del destacamento Peñaranda. A las 21:00 horas esa fuerza, por su pequeño tamaño, ingresó al fortín sin ser detectado.

Mientras tanto que las noticias de la llegada de refuerzos a Boquerón, tenía la magia de levantar la moral de las tropas defensoras. El “CHARATA” Ustariz, después de haber paseado por el monte, frente a las mismas “BARBAS DE LOS PILAS”, ha logrado sobrepasar las líneas enemigas, ingresando a boquerón con 58 hombres de refuerzo.

La situación no tendría mayores repercusiones si no se supiese de quien se trata: el Capitán Víctor Ustariz, tiene un bien ganado prestigio de SATINADOR, la mención de su solo nombre, hacía temblar de miedo a los Paraguayos conocía el monte, como la palma de sus manos y solía infiltrarse hasta la misma retaguardia Paraguaya hablando guaraní fluidamente y confundiéndose con ellos; los tribeños del lugar, le consideran un ser superior y hasta le reconocían como su “Cacique”.

Ustariz cayó  en una emboscada paraguaya que de inmediato rompieron con el fuego y cae herido en el brazo y el cuello el bravo “CHARATA”, las últimas palabras del héroe fueron “Levántenme soldados de pie”, y de inmediato vino una ráfaga de ametralladora que hiere al Capitán que cae atravesado por cinco proyectiles, USTARIZ  había caído mostrando en el rostro un gesto de desafío al invasor quien perdió la vida en aras de la defensa de su Patria.

La presencia de Ustariz en el fortín Boquerón estimuló e influyó positivamente en los defensores, creando en su interior un espíritu elevado de amor a la Patria.

Muerte del Cap.Tomas Manchego


En la primera jornada del 9 de Septiembre de 1932, los paraguayos se acercaron hasta menos de 50 metros de las trincheras bolivianas pero fueron repelidos con fuego nutrido. Los batallones Bolivianos que salieron a socorrer Boquerón no pudieron llegar a su objetivo, todas las vías estaban cortadas por el enemigo, pero los paraguayos retrocedieron desanimados ante la magnífica defensa boliviana, la desorganización y el desconcierto en filas paraguayas provocó claros en el cerco permitiendo que el viaje en camiones desde Yujra se realizase sin contratiempo alguno; así, al anochecer, ingreso a Boquerón la 4ta. Compañía del Regimiento 14 de Infantería al mando del Cap. Tomás Manchego, transportaba alimentos, municiones y dos ametralladoras “Vickers”, que fueron ubicadas  en  la  denominada   "Punta Brava " ,     sector potencialmente Vulnerable  del  fortín   y   al   cual    el Enemigo hostigaba permanentemente. 

Tres días tardó el ejército paraguayo en rodear completamente el fortín. Marzana había agotado las municiones de los cañones y pidió ahorrar munición y disparar sólo con blanco seguro.

Muere en Boquerón el 26 de Septiembre de 1932 el Capitán Tomás Manchego, siendo la ausencia más sentida y uno de los principales puntales de la resistencia, experimentado oficial, alcanzado por fragmentos de una granada paraguaya, después de una agonía sin conciencia. Fue enterrado al lado de su amigo el Teniente Paraguayo Velásquez, fallecido el día anterior

Gral. Manuel Marzana Oroza

Marzana es quizás el mayor héroe boliviano de la guerra del Chaco, el simboliza al medio millar de bolivianos que defendieron, muchos de ellos con su vida, el fortín Boquerón.  
 
El Gral. Marzana nació en Tarabuco (Chuquisaca) el 7 de junio de 1889. Estudio en Sucre. Ingreso al colegio militar en 1907. En 1914 logro el grado de teniente. Fue edecán del Presidente Gutiérrez Guerra. En 1925 formaba parte del Consejo Supremo de Guerra. Fue parte del tribunal de Justicia Militar entre 1930 y 1931. 

En el comienzo de la guerra después haber tomado el Fortín Paraguayo “Boquerón” y tras la muerte del Cnl. Emilio Aguirre, asumió como comandante del glorioso Regimiento Campos 6 de infantería, siendo sin duda alguna el gran caudillo de la estoica y por demás sacrificada defensa de ese fortín. 

La consigna del destacamento estaba expresada en un radiograma del Estado Mayor: “El Capitán General ordena y la patria pide no abandonar Boquerón de ninguna manera, prefiriendo morir en su defensa antes de dar el parte de retirada. Quebrantar la ofensiva paraguaya en este punto será suficiente para desmoralizar al Enemigo y sobre todo para dar un desmentido ante América de otra propaganda paraguaya sobre la incapacidad de nuestras tropas”. Marzana dijo simplemente a sus hombres: “Hijos vamos a hacer respetar el uniforme que vestimos, ningún soldado debe retirarse hasta haber quemado el último cartucho”.

Las fuerzas con las que disponía no eran 1.200 como calculaba Estigarribia, sino un Tcnl. Comandante del Fortín, un Tcnl. Comandante de Batallón, un Mayor, 4 Capitanes, 7 Tenientes, 14 Subtenientes, 2 médicos, un sanitario, un chofer, 320 soldados del Regimiento “Campos”, 40 soldados del Regimiento 16 de Infantería, 24 soldados del Regimiento “Lanza” y 30 de Artillería, haciendo un total de 448 personas armadas de 350 fusiles, 13 ametralladoras livianas, 2 cañones Krupp con 130 granadas, un cañón Schneider, con 66 granadas y dos cañones antiaéreos con su dotación correspondiente.     

Los bravos defensores se quedaron sin munición, alimentos y medicinas, para poder seguir combatiendo y escribiendo tras 20 días de valiente y sacrificada defensa  las páginas más heroicas que se hayan escrito en el continente. 

Sus principales características eran la serenidad y la modestia, Oficial educado desde su juventud en la rígida escuela de la “Subordinación y constancia” era uno de esos soldados para quienes una orden que se da es una orden que se cumple. Fue hecho prisionero junto con sus hombres siendo conducidos a Asunción. El Presidente Paraguayo Eusebio Ayala al referirse en un discurso, tributó un noble homenaje a los vencidos: “Los Oficiales y Soldados bolivianos que se batieron en Boquerón y son nuestros prisioneros... se comportaron con tal bravura y coraje que merecen todo nuestro respeto”. A su retorno del cautiverio en 1936, el Cnl. Marzana al ser requerido por un diario de La Paz para hacer declaraciones, dijo simplemente: “NO HICIMOS MÁS QUE CUMPLIR CON NUESTRO DEBER”.

En mismo ese año fue nombrado prefecto de Chuquisaca. En 1937 fue ascendido a Coronel. En 1962 el senado lo nombro de modo honorifico General de Brigada. Murió a los 90 años en La Paz el 4 de Enero de 1980

Batallón de Ingeniería III "GRAL. PANDO"

La primera organización del Bat. Ing. III “ Gral. Pando”, fue el año 1.920, donde se crearon Unidades Técnicas para completar la organización del Ejercito, en ese mismo año se organiza una Compañía de Ingenieros, al mando del Cap. MELITON BRITO, con 2 Oficiales y 80 Soldados.

El 2 de septiembre de 1921, fue reorganizada esta Unidad con el nombre de “Batallón Técnico “ compuesto por tres Compañías al mando del My. JOSÉ AYOROA.

El 3 de Agosto de 1.922, por orden del Comando General del Ejercito se le denomino Batallón “Gral. PANDO” 1ro. de Ingeniería en memoria del Benemérito My. Gral. Dn. José Manuel Pando , primer explorador de las tierras vírgenes, cuya espada fue una de las mas brillantes en el Ejercito.

En fecha 1.926, el Batallón “PANDO” se hizo cargo de la explotación del ramal ferroviario de COROCORO mediante Decreto Supremo, obteniendo con éxito la instrucción completa de diez equipos de ferrocarrileros: maquinista, foguistas, cambiadores, conductores guarda líneas “en condiciones de mover diez trenes militares en cualquier momento”.

En 1.932 el Batallón fue reorganizado y dotado de eficiente personal técnico, para labores de Ingeniería y Comunicaciones, siendo incorporado al Teatro de Operaciones del Sur Este (TOSE), finalizada la Guerra del Chaco pasa a la Reserva Activa del Ejercito.

Tte. Felix Mendez Arcos

“GRANDE EN SU HUMILIDAD”, así lo calificaron muchos historiadores nacionales, nació en el Valle del Tunari, tierra de héroes y heroínas, un 28 de Mayo de  1905.

Sus padres, cochabambinos, típicos trabajadores de la tierra valluna. Procedían de la autentica clase popular; esa “Caja de fondos”, donde se encuentran las reservas morales del Estado Boliviano.

Encarnación Méndez Arce  y Marcelina Arcos Méndez, son los padres de este Héroe nacional, criándolo y educándolo con el deseo de hacer de él un hombre de bien, de niño conoció la Escuelita Primaria, en su ciudad natal. Allí donde las manecitas de nuestros niños dibujan y se impregnan de sentimiento patrio. Escuela fiscal Nº 3 de Cochabamba se llamaba su forjadora de niño alegre y travieso.

Sus estudios secundarios los hizo en el Colegio “Sucre”, de la ciudad de Cochabamba. En este establecimiento se hizo joven. Méndez Arcos como estudiante de secundaria empezó a mostrar condiciones propias de los marcados por la diosa fortuna, pero la fortuna espiritual. Su compañerismo, responsabilidad, deseos de superación, fueron ampliamente reconocidos por sus compañeros y maestros. Egresó maduro, para ser tan joven.

En el año 1924, ante el servicio militar obligatorio que impone la patria, se alisto al Regimiento “Pérez” 3ro. de Infantería. Félix Méndez Arcos que ya no era una promesa, sino una realidad, logro ascensos hasta llegar al grado de sargento de una sección de Ametralladoras. Arma que lo sedujo hasta morir junto a ella, años más tarde.

La enseñanza militar asimilada en los cuarteles fue para él como un acto premonitorio. Allí, en el regimiento “Pérez”, se familiarizó con el manejo de las ametralladoras “Maxim” y “Vickers”. Su ascenso merecido, nos confirma la estatura moral del futuro conductor de soldados. Fue tirador eximio, cuya puntería la conocieron posteriormente en la campaña del Chaco.

Licenciado más adelante, se dedico a la vida civil con la misma responsabilidad y con el mismo entusiasmo mostrado en sus establecimientos de enseñanza y en los cuarteles. Méndez Arcos cuyos impulsos juveniles afloraban por todo su ser vital, las volcó al deporte. Se hizo futbolista de “Tunari Futbol Club”. En esa institución gasto sus energías, doblemente, como entusiasta deportista y como mesurado presidente del club de sus amores.

Por sus cualidades y virtudes muy joven ingreso a la administración Edilicia de Cochabamba, fue juez y comisario de la Policía Municipal.

Un tiempo después contrajo matrimonio con Dña. Julia Grossbeger en 1927. Su matrimonio fue alegrado con el nacimiento de sus tres hijos. Luis Ángel, María Uberlinda y Félix. 

Etapa de vida llena de actividad y la mirada en el porvenir, pero el destino dispuso otra cosa en efecto, Bolivia, nació presionada a lo largo de toda su historia por sus cuatro costados, volvió a empuñar las armas, como en Iruya y Montenegro, en Ingavi, en Calama, Alto de la Alianza, Riosinho, en el madre de Dios. Hoy como ayer y como siempre lo será, solo sus hijos la defendieron y la defenderán de la ambición, de la injusticia, de los deseos de conquista.

Felix Mendez Arcos, se enrolo al Ejercito Nacional, dejando tras de si, hogar y familia. Se incorporó al departamento “L”, como simple soldado marchando con paso firme rumbo al INFIERNO VERDE. Tomo parte como soldado aguerrido en lucha, acciones de armas y siempre lo hizo, brillantemente, en el Regimiento 20 de Infantería. Luego paso al TEMIDO Y LEGENDARIO Regimiento “CAMPOS” 6 de Infantería.

En ese Regimiento de gloriosa actuación nuestro héroe actuó junto a sus valerosos camaradas en las acciones de China Vieja, de donde salió a la cabeza de su Compañía, rompiendo el cerco enemigo. 

Pozo Tortuga, Tezen, Campo Jurado, San Antonio, picada Medina, cañada Strongest, etc.; conocieron la presencia de Méndez Arcos y en cada una de esas acciones mostro su característica nunca desmentida: el desapego por la vida al servicio de su patria amenazada.

Destaco también la lúcida actuación de Méndez Arcos en la laguna Nery y el Carmen en donde pese al cerco de fuego Paraguayo, logró evadirse, conduciendo con una habilidad magistral a su compañía y sin perder un solo hombre. Estaba hecho para el combate.

Este comportamiento, invariablemente magnífico y pleno de conciencia, de responsabilidad le hizo ganar ascensos en los campos de batalla, todos ellos, por méritos de guerra, desde el de Cabo de Escuadra hasta Teniente de Reserva.

Estuvo siempre a cargo de una sección de Ametralladoras pesadas. En los momentos difíciles de los combates, cuando había que decidir situaciones de peligro, Méndez Arcos tomaba personalmente el manejo de una “Vickers”.

Llego el 20 de Febrero de 1935. Con 29 años cumplidos sobre sus hombros. La culminación áurea de una vida activa honrada y digna de ser mostrada a las generaciones de todos los tiempos de esta patria Boliviana.

En compañía de sus 24 Soldados del glorioso Regimiento “CAMPOS”, detuvo al Enemigo, sin medir la potencialidad abrumadora de éste. Y allí, sobre la santa tierra Boliviana que había jurado defender hasta la muerte, cumplió su juramento.

Honor y gloria a aquellos Héroes que ofrendaron su vida en defensa de la Patria.